Proyecto de conservación de la biodiversidad en Campanarios de Azaba,
550 hectáreas es la superficie de la primera finca adquirida, entre Campanarios de Azaba y la Malcasa portuguesa. 3 patrocinadores privados: Fundación Patrimonio Natural, Pórtland Valderrivas y Red Eléctrica Española y la UE, a través del programa Life Nature, financian el proyecto para conservar la biodiversidad en este espacio del oeste ibérico.
El oeste de la Península Ibérica, con una extensión de más de 800.000 hectáreas, supone una de las grandes oportunidades de pervivencia de los valores naturales del bosque mediterráneo. Por este motivo, la Fundación Naturaleza y Hombre ha elegido esta zona, concretamente el suroeste de la provincia de Salamanca, para la puesta en marcha de uno de los más ambiciosos proyectos europeos de recuperación de la biodiversidad. Se trata de del proyecto «Campanarios de Azaba», que ha involucrado a numerosos expertos en distintos ámbitos medioambientales de las universidades de Salamanca y Alicante y que pretende generar una de las mayores áreas de toda Europa de gestión natural del terreno con fines conservacionistas.
El nombre oficial del programa es, de hecho, ‘Conservación de la biodiversidad en el oeste ibérico; reserva biológica en los campanarios de Azaba’ y se trata de una iniciativa financiada por la Unión Europea, a través del programa Life Nature, además de por patrocinadores privados, como Fundación Patrimonio Natural, Pórtland Valderrivas o Red Eléctrica Española. La aportación alcanza los cuatro millones de euros. El objetivo final de este proyecto es incrementar la biodiversidad de un territorio de más de 132.000 hectáreas, que abarca hasta tres Lugares de Interés Comunitarios (LIC) en los que se incluyen los espacios Natura 2000 de Campo de Azaba y Campo de Argañán en la provincia de Salamanca y de Sierra de Malcasa en Portugal. Además, gran parte de este ámbito de actuación está declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
El primer paso para alcanzar este objetivo ha sido la adquisición de una finca de más de 550 hectáreas, situada en un ámbito trasnacional entre la reserva biológica de Campanarios de Azaba en el término municipal salmantino de Espeja, y la Malcasa portuguesa.
Ya han comenzado hace unos meses las labores de gestión de este espacio por parte de la Fundación Naturaleza y Hombre con el fin de crear como primer gran paso una reserva biológica. Para ello se trabaja en la restauración de hábitats, actuando en zonas muy castigadas por la explotación agroambiental del terreno en las últimas décadas, y en incrementar la población de grandes aves. Concretamente se pretende la reintroducción de la cigüeña negra en la zona. Además, el proyecto contempla la elaboración de indicadores para evaluar el estado de la biodiversidad en todo el ámbito de estudio y elaborar protocolos de manejo ecológico de las dehesas, de forma que pueda llevarse a cabo una explotación sostenible de un ecosistema de alto valor ambiental pero de equilibrio muy frágil.
Así, después de la compra de la finca ‘ Campanarios de Azaba ‘ en el pasado año 2009, a lo largo de los primeros meses de 2010 se han puesto en marcha diferentes acciones de conservación para la mejora de los siete hábitats localizados.
Se han realizado distintos trabajos forestales para la mejora y restauración de las zonas adehesadas de encina y alcornoque. Se han realizado podas y desbroces, se han repoblado zonas, con un millar de ejemplares de ambas especies en los espacios con menor densidad arbórea y mayor riesgo de erosión.
Para la mejora de las poblaciones de las grandes aves se han instalado plataformas para la cigüeña negra y el buitre negro. Estas especies, que requieren de unas condiciones muy determinadas para su nidificación y que, en general, huyen de la presencia humana, disponen ahora de plataformas estables en distintos puntos repartidos por el recinto, así como señuelos de atracción. Otra de las medidas dirigidas a la mejora de las poblaciones de la cigüeña negra es la restauración de las charcas, en las que esta ave encuentra abundante comida para alimentarse, sobre todo, anfibios e invertebrados. Con el mismo fin, los técnicos de la Fundación Naturaleza y Hombre están llevando a cabo esfuerzos para incrementar la población del conejo silvestre en la zona. Una especie amenazada por la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica viral así como por la presión cinegética. Se ha preparado un centro de cría de conejo, desde el que posteriormente se soltarán los ejemplares con el objetivo de que puedan recuperar su ritmo reproductor y ocupar su lugar clave en la pirámide alimentaria del ecosistema mediterráneo, donde es la base de la alimentación de gran número de depredadores, como el lince ibérico, el águila real, el águila imperial ibérica, el búho real o el buitre negro. De esta forma, se pretende que la reserva biológica situada estratégicamente en el centro de una zona de alto valor ambiental y predominio forestal continuo, pueda actuar como suministrador de biodiversidad a un espacio de 130.000 hectáreas, garantizando la recuperación de algunas especies y la mejora del ecosistema de esta zona fronteriza.