París y Berlín proponen retirar las ayudas de la U.E a los países que tengan déficit.
En una misiva dirigida al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, Angela Merkel, y Nicolas Sarkozy, anunciaron su intención de retirar desde 2014 los fondos estructurales a los socios del euro que incumplan con el objetivo de déficit.
Según los acuerdos suscritos por los líderes europeos hace ya 15 años en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el límite de déficit para un país se encuentra por encima del 3% del PIB. Pero, como consecuencia de la crisis, la mayoría de Estados miembros ha rebasado ese tope y ahora el Viejo Continente en su conjunto persigue recuperar la disciplina fiscal.
Estas ayudas -los fondos- se costean con cargo al presupuesto de la UE y persiguen reforzar la cohesión económica y social comunitaria a través de conceder financiación a proyectos que puedan estimular el crecimiento. O dicho de otro modo, quieren alimentar el desarrollo de las regiones menos prósperas con el objetivo de que se reduzca su brecha con las más potentes.
La cuantía a percibir por los países se asigna cada siete años y actualmente los 27 negocian los montantes a desembolsar de cara al periodo 2014-2020. Los castigos «tendrían que integrarse en el nuevo reglamento de los fondos para el próximo marco financiero plurianual».
Con su propuesta, ambos mandatarios quieren reforzar el mensaje de que Europa sólo apoyará a los estados miembros con cuentas públicas saneadas.
La canciller germana y el presidente francés, no obstante, apostaron por racionalizar todavía más el uso de los fondos estructurales. Y, según sugirieron, las ayudas que los países no absorban deberían engrosar una hucha gestionada por el Ejecutivo comunitario y dirigida a estimular «el crecimiento económico y la competitividad».
En no pocas ocasiones, de hecho, los socios no pueden disponer de ellas porque funcionan vía cofinanciación, algo que les obliga a desembolsar un porcentaje de dinero cada vez que Bruselas lo hace. La proporción varía en función del nivel de cofinanciación. Por ejemplo, si se sitúa en el 75%, la UE pone las tres cuartas partes de los fondos para financiar un proyecto y el Estado en cuestión cubre el 25% restante.
En la misma carta, Merkel y Sarkozy pidieron también que los países de la divisa común cuya deuda pública supere el 60% del PIB -el umbral de referencia acordado por los líderes en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento-, presenten de aquí hasta final de año un plan para reducirla por debajo de ese valor máximo. A ambas propuestas, la de retirar los fondos estructurales y ésta última, se deben sumar las que anunciaron el 17 de Agosto, a saber:
- Un verdadero gobierno de la zona euro, presidido por Herman Van Rompuy -actual líder permanente del Consejo.
- la constitucionalización del equilibrio presupuestario
- una suerte de tasa Tobin a las transacciones financieras dentro de la UE
- y un impuesto de sociedades armonizado en Alemania y Francia, que debería servir de ejemplo al resto de los socios.
Texto tomado de la versión digital de El Mundo (18/8/2011)